Debido a que el vino viene etiquetado de una manera diferente al resto de alimentos, no es posible conocer la composición energética mirando la botella, sin embargo la respuesta es simple: Para la mayoría de los vinos secos con un contenido alcohólico entre 11 y 14 por ciento por volumen, una copa de 150 ml. contiene aproximadamente de 120 a 150 calorías.
En cuanto a información nutricional, la mayoría de las etiquetas de vino indican el contenido de alcohol y poco más. Sin embargo, en Estados Unidos esto cambiará a partir de diciembre de 2015, ya que los establecimientos de hostelería (Restaurantes) estarán obligados a informar a sus clientes sobre las calorías del vino, así como de la composición nutricional (carbohidratos, azúcares, proteínas, sal,…). Medida que deberán adoptar también para los menús que sirvan.
Al no disponer de etiquetas podemos aproximarnos al aporte calórico de un vino en función de una serie de pistas. Una fuente importante de calorías es el alcohol, que contiene 7 calorías por gramo. Así que, una copa de un tinto potente con un contenido del 15 por ciento de alcohol por volumen probablemente contiene más calorías que una copa de un blanco ligero con un 11%vol.
También contribuye a incrementar las calorías, los hidratos de carbono, lo que incluye en el caso del vino principalmente el azúcar residual del vino, que puede suponer unas 4 calorías por gramo. Así un típico vino seco puede aportar alrededor de 4 gramos de carbohidratos por copa (150ml), mientras que la misma copa de un vino de postre dulce puede aportar cerca de 20 gramos de carbohidratos.
¿Aporta «calorías vacías» el vino?
No. Probablemente si has leído revistas de nutrición y fitness, habrás oído alguna vez que en el vino sólo hay calorías vacías, que son las calorías que consumimos pero que no aporta nutrientes al organismo. Esto es completamente falso, y además es al revés. El vino tomado con moderación aporta numerosos nutrientes esenciales al organismo y, según varios estudios realizados, las calorías del vino son consumidas de inmediato. De hecho varios estudios han demostrado que beber vino de manera regular y moderada (1-2 copa 150ml al día) , y siempre que no se consuman otro tipo de bebidas alcohólicas, puede ayudar a la pérdida de peso.
Así estudios realizados en EEUU han observado mayores pérdidas de peso entre bebedores moderados de vino que entre los no bebedores. Otros interesante estudio ha descubierto que las personas que beben vino consumen menos calorías en sus dietas en general, probablemente debido al efecto saciante del vino. Por último, otro estudio determinó que los consumidores moderados adquieren hábitos de vida más saludables, frente a los consumidores de fin de semana o quienes no consumen en absoluto.
Por último, existe una investigación que puede haber encontrado la evidencia definitiva de que los polifenoles del vino tinto podrían evitar que los alimentos con altos contenidos en lípidos se conviertan en el tejido graso en el cuerpo, así como ser responsable de una correcta regulación de la glucosa en sangre.